domingo, noviembre 11, 2007

Reflexiones: Optimismo en la vida.

Este post es acerca de un estudio del optimismo, de la gente que piensa en positivo. Aunque es complicado cruzarse con gente optimista, quizá debamos leer este artículo y pensar que una actitud positiva ante la vida da más frutos de los que creemos.

¿Qué es el optimismo?


Martin Seligman es director del Centro de Psicología Positiva, en la Universidad de Pensilvania, y está considerado como uno de los principales expertos en el estudio de las diferencias de las personas optimistas y pesimistas.

Según Martin, el optimismo está muy relacionado con la responsabilidad que asumimos o no las personas ante aquello que nos ocurre. Es decir, el optimista se hace y se sabe responsable de aquello que le ocurre, y por tanto, se cuestiona qué es lo que puede hacer para mejorar o cambiar una determinada situación.

Por el contrario, el pesimista tiende a sentirse impotente frente al mundo, o incluso frente a sí mismo, y espera a que las circunstancias externas cambien.

Los optimistas tienden a reconocerse como causa cambiante de su entorno y los pesimistas tienden a sentirse efecto de las causas exteriores.

El optimista tiende a percibir los aspectos positivos de todo cuanto le rodea: gente, situaciones, incluso a sí mismo, mientras que el pesimista se concentra en los aspectos negativos de todo ello.

¿Cuáles son las consecuencias de ambas actitudes?

El optimista se mueve entre emociones como el entusiasmo, el aprendizaje, la esperanza...y el pesimista tiene mayor riesgo de sufrir problemas emocionales derivados de su falta de autoestima, sensación de fracaso, imposibilidad de cambios o mejoras.

Los optimistas son más constantes y perseverantes y por lo tanto ven conseguidos sus objetivos y anhelos en mayor medida que los pesimistas.

En un estudio de la clínica Mayo concluyeron que el optimista viven casi un 19% más que los pesimistas: no sólo interviene la resistencia del cuerpo a determinados embistes de ciertas enfermedades, sino la actitud con que uno afronta esa enfermedad.
La actitud optimista, frente a la pesimista, se manifiesta en un mejor rendimiento del sistema inmunológico.


Una vez leídos estos datos, podemos afirmar que llevar una actitud negativa frente a uno mismo, frente a los demás o ver el lado negativo de nuestro entorno nos hace más débiles y nos lleva a situaciones muy poco gratificantes.

No podemos dejarnos llevar por nuestras sensaciones negativas, ya que podemos hacer un hábito de ello; un hábito nada bueno, que a la larga en ciertas situaciones puede ser dañino.

Estemos al tanto de esas personas que irradian optimismo, juntémonos a ellas, aprendamos a sacar esa sonrisa e intentemos compartirla, para poder irradiarlo nosotros también: ofrezcamos inputs emocionales positivos...es lo que todos necesitamos.



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3 Comentarios:

At 11/11/2007 12:27 p. m., Anonymous Anónimo dice...

que fácil suena...

 
At 11/13/2007 6:40 a. m., Blogger The Blog's Team dice...

Anónimo, te garantizo que ser optimista, al igual que ser pesimista (o realista, que es como se autodenominan los pesimistas) es solo un hábito personal y por experiencia personales se puede pasar de uno a otro con solo proponérselo y empeñarse en ello.

Lo digo por experiencia propia, y si yo lo he hecho, es que se puede hacer por cualquiera que se lo proponga, lea muchos libros de desarrollo personal y esté dispuesto a conseguirlo.

Anímate a practicarlo y no te arrepentirás. Es más sencillo de lo que parece.
Saludos

Antonio Domingo

 
At 11/16/2007 4:13 p. m., Anonymous Anónimo dice...

yo soy una persona bastante pesimista de ahí viene mi problema de resolver, valga la rebundancia, mis problemas. Desde hace un año voy a un psicólogo y me esta ayudando a poder pensar de otra forma. Por supuesto se puede hacer pero requiere trabajo como otras tantas cosas que hacemos en nuestra vida, sólo que está, si se consigue, te cambia toda tu forma de vida para bien.

 

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