viernes, diciembre 14, 2007

Reflexiones: La Resiliencia.

En psicología, resiliencia se refiere a la capacidad que tenemos las personas a sobreponernos a tragedias, o períodos de dolor emocional. Hay personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones adversas, se desarrollan emocionalmente sanas, incluso salen reforzadas.

Además es una capacidad que podemos aprender; la podemos usar en la educación de las personas, sobre todo si son jóvenes. Es posible cambiar actitudes en uno mismo y en las personas más cercanas.



Hay ciertos rasgos que potencian la resiliencia en las personas, ante hechos que pueden sucedernos a todos, como la pérdida de un ser querido, una enfermedad complicada, problemas de relación de pareja, desempleo, problemas económicos...acontecimientos duros de la vida.

Estos son los rasgos:

  • La introspección: el hecho de explorar uno mismo en su interior, observarnos, reflexionar y cuestionarse: preguntarnos y ser honrados en nuestra respuesta.
  • La independencia: ayuda a establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos. Potencia el establecimiento de una distancia emocional y física ante determinadas situaciones, sin llegar al punto de aislarse.
  • La iniciativa: capacita y ayuda a afrontar los problemas y ejercer control sobre ellos.
  • El humor: conduce a ver el lado positivo incluso cómico de ciertas situaciones adversas.
  • La creatividad: lleva a crear orden y belleza a partir del caos y desorden. En la infancia se expresa en la creación y los juegos, vías para disfrazar la soledad, miedo, rabia y desesperanza.
  • La moralidad: invita a desear una vida propia personal satisfactoria, amplia y con riqueza interior. Compromiso con valores.
  • La habilidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas. Darse a los demás y aceptarlos en nuestras vidas.

La resiliencia se manifiesta frente a esos acontecimientos adversos y destructores, que nos hacen proteger lo que más queremos y mantener una actitud vital, mental positiva.

Todos podemos desarrollar esta capacidad, independientemente de nuestra personalidad, simplemente debemos estar convencidos de nuestras posibilidades y de que podemos cambiar.

Es probable que digamos o escuchemos de la boca del de al lado: "es que yo soy así...", "con la edad uno ya no cambia...": actitud errónea. El cambio es posible: somos nosotros el percutor del mismo.

La sinceridad ante uno mismo y ante los demás, reflexionar, hablar de forma positiva, son un buen comienzo, además de tener autoconfianza. La vida nos reserva muchos momentos, unos buenos y otros no tanto: en nosotros reside la opción de afrontar estos últimos con otra perspectiva, de la que salgamos emocionalmente fuertes.


Nota: este post está basado en el artículo de la revista Consumer.es titulado "La escuela de la adversidad".


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