miércoles, febrero 06, 2008

Reflexión: El poder sanador de la ayuda sincera.

Esta noche han salido noticias terribles en la televisión, claro, es habitual, hoy le presté especial atención al drama de una pareja de esposos, que arrojaron a su bebé desde el cuarto piso de su edificio en llamas para salvarlo. Es muy sencillo encontrar motivos para estar tristes, para dejarnos abordar por la desesperanza.

Vivimos tragedias o conocemos las tragedias de los demás. Es tan sombrío el panorama cuando uno se enfoca en eso. Y sin embargo es posible estar en contacto con esas desgracias sin que la desolación nos embargue, ¿cómo?

¿Te has preguntado en qué o a quiénes puedes ayudar? Es posible y no tan complicado, a veces una charla es suficiente, o un abrazo. Empieza con tus amigos, tus parientes. Si dispones de tiempo, puedes visitar algún albergue, un orfanato, un asilo... atrévete un día a visitar a aquellos que sufren, te sorprenderá el poder curativo que tiene ayudar sinceramente a los que más lo necesitan.



Ayudando a los demás muchas veces nos ayudamos a nosotros mismos. Centrar la mirada un instante en el dolor del otro y procurarle alivio, suele renovar profundamente nuestro mundo interior, anímate a experimentarlo.

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